lunes, 13 de marzo de 2017

Reseña de The Legend Of Zelda Breath Of The Wild.

Cuenta la leyenda que cuando Shigeru Miyamoto era un niño, su visión del mundo era sumamente creativa y fantasiosa —justo como lo demostró años más tarde—. En esa distante época, en las lejanas tierras de Kyoto, Japón, el pequeño salía a explorar los bosques, praderas y cavernas a las afueras de su hogar, mientras imaginaba que estaba descubriendo un mundo mágico, lleno de maravillas. Décadas más tarde esa emoción que sentía y su asombro por lo desconocido se transformaron hasta materializarse dentro de The Legend of Zelda, la saga cuya esencia ha trascendido generaciones al dejar que cada uno de nosotros, al igual que él, nos sumerjamos en una fantasía épica, misteriosa y sorprendente.
Darme el tiempo para recordar con nostalgia los orígenes de la franquicia no es mero capricho de fan, es fundamental para entender la identidad de Breath of the Wild y saber por qué Nintendo tomó tantas decisiones que, a simple vista, parecían un nuevo y arriesgado rumbo para The Legend of Zelda. Pero sobre todo es imprescindible para comprender el grandioso potencial que ha tenido la franquicia desde sus inicios. Desde los primeros minutos que experimentas esta nueva entrega, puedes notar las incontables analogías que existen con el primer juego para NES. Y es que aún si muchísimas cosas han cambiado desde la edad de los 8-bits, hay un elemento en el que ambos juegos, el original y este último, son extremadamente similares: en darnos libertad de explorar libremente —con restricciones mínimas— casi cada rincón de Hyrule desde el inicio, sin llevarte de la mano, poniendo a prueba los límites de tu habilidad e intelecto a cada paso, pero, sobre todo, desafiándote de principio a fin a intentar cosas nuevas. Es una aventura hacia lo desconocido que te provoca emoción y te maravilla incluso después de 30 o 50 horas de juego.Breath of the Wild es, sin lugar a dudas, el juego más completo y complejo que existe en la vida de The Legend of Zelda, tanto, que la etiqueta de mundo abierto es insuficiente para describir su naturaleza, pues más allá de las libertades de exploración, el concepto del juego se basa en lo que descubres al recorrer cada recoveco del mapa y en la infinidad de cosas que puedes hacer. De hecho, me atrevería a decir que esta versión postapocalíptica de Hyrule es el protagonista principal, mientras que Link es simplemente el hilo conductor de la trama. No me malentiendas, el héroe es eje de la narrativa en todo momento, pero su relevancia se diluye ante un vasto y asombroso mundo con mucha personalidad; de imponentes montañas a extensas praderas o, por otro lado, laberínticos desfiladeros e intrincados cuerpos de agua, éste es un lugar más realista y complejo que cualquier otro que nos han presentado con los Zeldas anteriores.


A lo anterior se suma la exploración per se, que en mi opinión es el corazón del juego, pues no es simplemente el hecho de que puedes llegar a cualquier parte que veas en la distancia, no importa lo lejos o lo complicado que luzca, sino el desafío de descubrir cómo hacerlo. Y por lo regular hay numerosas formas. Para llegar a la cima de una montaña puedes, por ejemplo, seguir un camino lleno de precipicios que podrás atravesar sólo si cortas árboles para usarlos como puentes, puedes atravesar una serie de cavernas con enemigos o arriesgarte a caminar por un sendero congelado en el que la naturaleza podría aniquilarte. Hay infinidad de situaciones similares a esa y en muchos casos, te llevarán a encontrar algo significativo. En específico hay una isla que te toma tiempo y mucho esfuerzo alcanzar, pero te recompensa con una increíble sorpresa cuando llegas.
Si hacemos comparaciones con el estándar de los mundos abiertos, algunas secciones de Breath of the Wild pueden sentirse estériles, lo cual atenta contra el valor de entretenimiento continuo, aunque la percepción puede variar mucho de una persona, a otra; mientras alguien como yo lo considera un perfecto balance entre gran ambientación, buen ritmo y toques de realismo , también entiendo que mucha gente se quedará con la sensación de que falta algo, dado que los enemigos están muy espaciados y que hay mucha distancia entre un secreto, a otro. Eso sin mencionar que hay muy pocos eventos “aleatorios”, como encontrar pueblerinos siendo perseguidos por un lizalfo y en espera de que los rescates; los hay, pero son muy ocasionales y podrían considerarse más un guiño hacia el género.
Sin lugar a dudas, el juego más completo y complejo
Seré muy honesto. Hasta hace unos días, antes de tocar Breath of the Wild por primera vez, tenía serias dudas acerca de lo que Nintendo iba a hacer con un sandbox. Cada Zelda tiene elementos del género, pero ésta es la primera vez que se cumplen todos los requisitos. Por fortuna bastaron un par de horas para demostrar que esos temores estaban injustificados, pues este mundo abierto está cuidadosamente confeccionado, con el mismo nivel de detalle que el resto de la franquicia. Aunque, debo decir que esas primeras horas fueron un cóctel de emociones: asombro por la majestuosidad, breve desesperación al no saber hacia dónde ir, satisfacción conforme fui adaptándome a las severas reglas de supervivencia, temor de que las libertades de exploración dieran pie a una experiencia de juego menos pulida —al menos en comparación con otros Zelda— y, al final, tranquilidad al darme percatarme que si bien cada persona experimentará algo único, todo lo que hay en Breath of the Wild fue preparado minuciosamente para crear reacciones específicas.


Y es que aún si los elementos caricaturescos, tiernos y juguetones de todo Zelda están presentes, hay una madurez en el concepto que rompe con los estándares, aunque no sólo de la franquicia, sino del género en términos de ambientación. Todo lo que hay en el mundo tiene toques realistas: los animales reaccionan de una manera creíble conforme a tus acciones y las de los enemigos, la temperatura del ambiente puede afectar tu desempeño o incluso aniquilarte —por ejemplo, el frío gélido va quitándote corazones a menos que encuentres una forma de elevar tu calor corporal—, hay ciertos esfuerzos físicos que puedes hacer sólo por breve tiempo debido a que Link no es un ser todopoderoso con resistencia ilimitada, en fin, la ejecución del mundo es grandiosa e impecable. Claro que, no sólo se trata de ambientación, sino de posibilidades, pues la interacción es más profunda y para ejemplificar, la comida suele darte beneficios adicionales cuando la cocinas, así que ¿qué sucede cuando incendias un árbol con manzanas? Recibes instantáneamente mejores bocadillos. Cuando lanzas un arma hacia un enemigo desarmado y no le atinas, éste puede recogerla para atacarte, o puede morir repentinamente por culpa de un relámpago si ambos están bajo una tormenta. Casos como estos te motivan a experimentar y poner a prueba las reglas del mundo.
No hay restricciones
Después de hablar un poco acerca de las generalidades del juego, vamos a lo concreto. Al ser un sandbox, la estructura de Breath of the Wild te deja decidir la dirección hacia dónde llevarás tu aventura. No hay restricciones acerca de cuáles lugares debes visitar primero e, incluso, hay rumores de que puedes enfrentar a Ganon casi desde el inicio, siempre y cuando tu habilidad y mucha suerte lo permitan; yo lo intenté, pero morí unas 25 veces antes de darme cuenta que la zona final es progresivamente más difícil, al punto de que sólo un speedrunner podrá vencerla sin haberse equipado adecuadamente. Pero la posibilidad existe y no hay un diseño restrictivo que te quite la gloria de acabar el juego en un par de horas, cuando lo normal es que te tome entre 50 y 60 horas. Ahora bien, conforme recorres el mundo tienes que buscar dos tipos de estructura si es que deseas progresar a tu personaje: unas gigantescas torres que además de ser posición estratégica para la exploración te dejan ver el fragmento del mapa en el que se encuentran y, por otro lado, los santuarios.
En Breath of the Wild los templos (dígase calabozos) son tan gigantescos y complejos como en Majora’s Mask o Wind Waker, pero existen en menor cantidad. A cambio de esa “escasez”, el juego ofrece una versión ultra compacta, llamados santuarios, que se componen de 2 o 3 habitaciones. En su interior tendrás que resolver un par de acertijos o vencer enemigos, los cuales usualmente son ingeniosos, pero no excesivamente desafiantes. A mi parecer hay una especie de tributo indirecto a Portal, incluso en la estética, los colores y el ingenio detrás de estas microzonas. Pero sin importar si sólo estoy imaginando la referencia, es un hecho que los santuarios son un gran complemento de la exploración, pues hay cientos de ellos esparcidos en todo Hyrule y la recompensa por vencerlos es una perla que te sirve de moneda para incrementar las habilidades de Link (los corazones y su medidor de resistencia).


Afortunadamente no estás condicionado a conseguir un item para resolver los acertijos, pues de inicio ya llevas lo necesario; desde que comienza la aventura te dan habilidades básicas (dos tipos de bombas ilimitadas, un rayo magnético con el que puedes mover objetos metálicos, el poder de congelar momentáneamente ciertas cosas en movimiento y, por último, la capacidad de crear pilares de hielo sobre cualquier superficie acuática). Puedes usar cada una para interactuar con el mundo durante la exploración de maneras muy divertidas e ingeniosas, o incluso en el combate. Una táctica clave al atacar grupos grandes es lanzarles una bomba, no le bajará tanta vida a todos —ya que algunos tienen protección contra explosiones—, pero hará daño general y los desconcertará durante algunos segundos, algo perfecto para un ataque sorpresa. Que, de hecho, llegar repentinamente al combate es uno de los aspectos más gratificantes del juego, pues hay muy diversas formas, entre las cuales se incluye la paravela, una especie de ala delta con la que puedes sobrevolar tras brincar desde un lugar elevado y que es una herramienta fundamental en la exploración; mientras vas bajando puedes activar el arco, hacer un par de disparos en cámara lenta y volver a usar la paravela, para continuar el descenso y terminar con un ataque repentino contra otro enemigo.
Diseñarás tu estrategia con base en los tipos de armas en tu arsenal
Ahora bien, justo como ya se había dicho, el esquema de armas e ítems en Breath of the Wild es diferente frente a las anteriores entregas de Zelda. Aquí todo lo que existe en tu inventario tiene una durabilidad o una cantidad de usos limitados. Eso significa que cada espada, hacha, lanza, escudo y demás equipo que encuentres, terminará por romperse después de algunos combates. Incluso hay veces en que deberás reemplazar tu arma a la mitad de la batalla, sobre todo si estás peleando con muchos enemigos a la vez. Lo anterior no es sinónimo de escasez ni de complicaciones innecesarias, por el contrario, es un componente del juego sumamente pulido y adictivo, ya que en todo momento encuentras armas —tu inventario se llenará constantemente— al punto de que diseñarás tu estrategia con base en los tipos de armas en tu arsenal. Si te gustan los movimientos rápidos y las técnicas de destreza, terminarás favoreciendo las espadas cortas en combinación con un escudo, pero si prefieres los golpes de alto impacto, probablemente apuestes por una espada de dos manos, una lanza para atacar a distancia o un poderoso martillo de guerra. Pero sin importar tu elección, debes saber que Breath of the Wild brinda muchísima flexibilidad en términos de combate, para que tú elijas el estilo que más te favorece. Que hablando de espacio para tu armamento, puedes ampliarlo si cumples los requisitos: encontrar a unas pequeñas criaturas llamadas kolog, quienes están ocultas en todas partes de Hyrule, para después llevar las semillas que te dan con un personaje que las intercambia por más espacios para tu inventario.


Lo importante es que el combate en Breath of the Wild es muy desafiante y, por ello, gratificante en extremo. La jugabilidad es muy buena, tanto como en los anteriores títulos de Zelda, pero se agregaron elementos que te ayudan a administrar la gran variedad de items. De inicio tienes un atajo para cambiar al instante los poderes, las armas, los escudos y los tipos de arco. Alternar entre ellos es importante también porque hay situaciones específicas en las que algunos te servirán más que otros. Por ejemplo, existen una gran variedad de flechas (fuego, hielo, etcétera) que te servirán para atacar enemigos vulnerables a ese tipo o, por otro lado, hay escudos que te brindan mejor protección contra ciertas clases de ataque. Además, la movilidad es clave: esquivar, bloquear, saltar, contraatacar y cambiar constantemente de objetivo te ayudarán a salir victorioso ante las batallas más difíciles o, de no hacerlo correctamente, a tener que intentar una y otra vez hasta vencer. Esta nueva entrega de Zelda respeta tu intelecto, pero te pide que a cambio le devuelvas el favor, así que te encontrarás con frecuencia en situaciones que parecían predecibles y fáciles de resolver, para terminar con una muerte segura porque te confiaste. Incluso cuando ya estás muy equipado, el juego te pone en condiciones desafiantes que pondrán a prueba tu habilidad.


Por otro lado, hay una descomunal cantidad de ingredientes y materiales que puedes recolectar. Uno de los pilares en la experiencia de juego es poner uso a esos items para mejorar tu desempeño en la exploración, el combate y la supervivencia. La comida, por ejemplo, es de utilidad —para recuperar corazones— cuando la usas en su estado natural, pero si la cocinas tiene mayor efecto o puede darte beneficios especiales. Si combinas unos hongos electrizados con carne de algún animal, el resultado es un elixir que te protege contra ataques eléctricos. Hay una infinidad de variaciones que, otra vez, te seducen a experimentar para crear combinaciones cada vez más exóticas, aunque hay un punto en el que las mezclas demasiado complejas pueden crear una pócima desastrosa e inutilizable.
Claro que, un Zelda sin valor argumental, no es un buen Zelda. Breath of the Wild se apega a la regla al ofrecer una narrativa simple en ocasiones, pero muy emocional, misteriosa y apasionante. El Link que conocemos en esta mitología es el héroe de las profecías, pero no es infalible y conforme avanza la trama te das cuenta que él, junto con el resto de los personajes, son muy humanos, con defectos y carencias, que son individuos con dudas genuinas acerca de su destino. A pesar de que no daré más detalles del argumento, para evitar los spoilers, puedo decir que la trama está entre las mejores de toda la franquicia y que sin importar si eres fan, o no, habrá momentos en que te conmoverá.
Simple en ocasiones, pero emocional, misteriosa y apasionante


En cuanto al aspecto técnico, Breath of the Wild despeja toda duda acerca de las capacidades del Nintendo Switch, ya que es hermoso, repleto de detalles visuales y, en general, se desempeña de manera excepcional. En la versión para portátiles nunca experimenté una pérdida de frames, pero al conectar la consola al televisor hubo varias ocasiones en que el framerate bajó a 20 cuadros, algo entendible considerando que no hay tiempos de carga cuando pasas de una zona, a otra. Si bien fueron momentos esporádicos, los hubo, que de haber sucedido durante el combate —en mi caso no fue así— pueden provocar una experiencia de juego deficiente y accidentada. No obstante, la estética del juego es impactante: los escenarios te dejan boquiabierto con su gran extensión, sobre todo si los ves desde un lugar muy elevado, los pueblos están llenos de vida y pequeños detalles, al punto de que parecen ser reales, los personajes te transmiten suficientemente bien sus emociones, en fin, hacia donde voltees puedes sentir una ambientación envolvente, conducida por un excelente equilibrio entre gráficos bien ejecutados, sonidos ambientales que te sumergen en un lugar que parece genuino y música ocasional que aparece sólo en momentos clave.
The Legend of Zelda: Breath of the Wild es un juego maravilloso, que superó por mucho mis expectativas —que con todo y algunas dudas, ya eran muy altas— al sumergirme en una fantasía que se siente real. Cada aspecto de la experiencia de juego está bien ejecutado en términos técnicos, pero, más allá, te despierta emociones intensas, de curiosidad y angustia, a constante asombro… cada una bajo una luz positiva, que suman para envolverte y cautivarte. Esta entrega de la franquicia es por mucho uno de los mejores trabajos en la trayectoria de Nintendo, uno cuya calidad resonará por mucho tiempo. Pienso que no todos los fans del género quedarán complacidos, más por ciertos convencionalismos que acostumbra Nintendo, que por la calidad de las mecánicas, la ambientación o el elemento de exploración. No puedo decir que es perfecto bajo los estándares que se acostumbran usar para calificar en la industria, pero es perfecto desde una perspectiva muy personal; vivirlo fue para mi una de las experiencias de gaming más fascinantes de los últimos años.

Bienvenido de vuelta
BIENVENIDO DE VUELTA

lunes, 20 de febrero de 2017

Reseña de Resident evil 7 ´biohazard´

Resident Evil es una franquicia emblemática para la industria de los videojuegos. Entre sus logros se encuentra la fundación del género survival horror con una entrega que resultó un gran éxito y convirtió a la franquicia en una de culto con millones de seguidores. Sin embargo, todo lo que sube tiene que bajar y la saga fue víctima de varios lanzamientos y cambios de giro mediocres que dejaron atrás los elementos más importantes que popularizaron a la serie. El lanzamiento de Resident Evil 7: Biohazard es gran importancia porque pretende retornar a las filosofías de diseño que cautivaron a generaciones de jugadores para que la serie regrese a la cima donde pertenece.
Resident Evil 7: Biohazard es la séptima entrega de horror que persigue la numeración principal, pero también es la más extraña y ajena. Sin contar los juegos sobre rieles de disparos, es la primera vez que la franquicia aborda la perspectiva en primera persona en su totalidad para enfrentar al jugador a una versión de survival horror nunca antes vista en un Resident Evil, siguiendo los valores que hicieron grande a la franquicia. Debido a esto, las comparaciones y similitudes con otros juegos son inminentes. Las más evidentes son la sensación desesperante de un protagonista indefenso, como la de Amnesia: The Dark Descent y las secuencias de alta intensidad que conforman la experiencia lineal de Outlast.
Comenzamos con la historia del juego que nos introduce a Ethan Winters, un sujeto ordinario más corriente que común durante su visita a una granja en Luisiana, al sur de Estados Unidos. El gancho de la trama es una carta y una grabación que envió la esposa de Ethan que lleva 3 años desaparecida, Mia Winters. Pronto, las cosas tendrán un giro dramático y lúgubre para nuestro nuevo protagonista, quien tendrá que sobrevivir una noche de terror dentro de la derruida y macabra mansión que es hogar de la familia Baker.
Nuestro protagonista, Ethan Winters, es un vistazo al pasado y a los controles torpes estilo tanque que caracterizan a la serie. Winters no recibió entrenamiento especializado y es torpe para desplazarse. Dentro de sus acciones se encuentran caminar y correr ligeramente más rápido e incluso su habilidad con las armas es limitada. Esto es un gran agregado para la combinación de atmósfera, tensión e inmersión en el nuevo mundo de terror porque no se siente como un héroe dotado.
Resident Evil, como franquicia, se ha construido sobre 4 pilares: ambientación, combate, historia y tensión. Dentro del apartado ambientación tenemos que decir Capcom lo ha logrado; Resident Evil 7: Biohazard es una entrega vigorizante que captura las filosofías de diseño original bajo una perspectiva diferente.

Ambientación tenebrosa y bien lograda
AMBIENTACIÓN TENEBROSA Y BIEN LOGRADA

Comencemos con la ambientación. Visitar la casa Baker y sus diferentes locaciones es una experiencia única en su tipo y podríamos decir que funciona como un personaje adicional. Las locaciones emplean una combinación audiovisual sobresaliente donde cada centímetro cuadrado muestra un cuidado excepcional a los detalles. La casa y locaciones que visitas son horribles en el buen sentido de la palabra porque cada elemento, cada pared y cuarto, cuenta de forma sutil la historia de sus habitantes y su descenso al mundo de terror. Los sótanos son descuidados, están llenos de basura y mugre y en ellos hay tuberías rotas, paredes derrumbadas y restos biológicos. En ocasiones, sentirás que desciendes al calabozo de un asesino en serie que además es un acumulador. Es asqueroso, repugnante y vil, entre muchas malas palabras que se pueden emplear.
Lo anterior queda acentuado con el excepcional diseño de sonido ambiental y la carencia de una banda sonora en gran parte del juego. Cada paso dentro de la mansión es una experiencia que tiene la capacidad de vencer hasta a los veteranos más curtidos en el género de terror. El sonido de la madera crujiendo, goteras fantasmales, golpeteos sin explicación y el sonido del aire, son un gran complemento para entregar una de las ambientaciones mejor logradas en la franquicia. Es seguro que, durante la experiencia, corras despavorido a la zona segura después de escuchar el más débil sonido.
Es asqueroso, repugnante y vil
Dentro de la mansión, tu misión es escudriñar locaciones en busca de ítems que te ayudarán a progresar en la historia, teniendo cuidado de los peligros inherentes del lugar. Durante estas secuencias los elementos que construyen la franquicia siguen presentes. Por ejemplo, las clásicas llaves temáticas que dan acceso a áreas restringidas, así como diferentes atajos que facilitan el backtracking de las áreas. Los acertijos también están de vuelta, pero tenemos que decir que son un poco decepcionantes debido a su sencillez: no son paredes que impiden el progreso y lo más factible es que conozcas la respuesta de alguno de forma instantánea o el siguiente lugar que visitar sin mucho problema. Resident Evil 7: Biohazard es el título más fácil de la franquicia e incluso podríamos que peca de lineal. No son malas noticias porque, a nuestro parecer, todo está hilado perfectamente para mantener un excelente ritmo de juego, sin tiempos muertos o partes aburridas.

¿Correr o disparar?
¿CORRER O DISPARAR?

También tenemos el combate, que curiosamente, se apega fielmente a que conocemos. Aquí la acción de apuntar es difícil y se acopla a la fantasía del novato que es el protagonista. Levantar el arma es lento y recargar munición toma otra eternidad. Lo anterior es un gran acierto que complementa la ambientación desesperante y la nueva fantasía de terror que imprime el juego. El arsenal que obtienes al explorar la mansión es clásico en la franquicia: cuchillos, pistolas, escopetas, lanzallamas y otras ordenanzas de fuego pesado. La munición que encuentras es abundante y suficiente para eliminar a la mayoría de los enemigos, incluso para etapas posteriores del juego es factible que acumules un arsenal formidable. Aquí se puede perder la sensación de estar indefenso, pero durante este lapso el juego te enfrenta con grandes cantidadesoponentes un poco más resistes que los anteriores. Lamentablemente, la última parte de la historia podría sentirse como un shooter más que como una experiencia survival horror, pero así son todos los Resident Evil.
En cuanto a los enemigos que complementan el combate encontramos a oscuras criaturas viscosas que siguen la ficción de esta historia. Al inicio, estos enemigos son lentos y requieren toda tu munición para ser abatidos, así que para escapar de ellos necesitas una acción inteligente, rápida y mover con velocidad las piernas. Más adelante, Resident Evil 7: Biohazard te retará con más variedad de enemigos, algunos más resistentes, veloces y peligrosos, sin embargo, no escapan del diseño principal, similar a ciertas criaturas de las profundidades de la ficción del cine de terror. En esta apartado estamos un poco decepcionados porque lo único a combatir son 3 variaciones del mismo enemigo y a la larga, este elemento se torna aburrido y hasta llega a disminuir el sobresalto. Al final no son una verdadera amenaza y podríamos decir que son más que molestias que un reto a vencer.

[REDACTADO]
[REDACTADO]

Por otro lado, tenemos a los habitantes de la casa Baker: Jack, Marguerite y Lucas. Estos personajes son los antagonistas principales que enfrentarás durante la travesía. En primer lugar, tenemos a Jack, un gigante agresivo quien acosa tus pasos en la casa. Jack se presta para secuencias de gran intensidad debido a la torpeza de Ethan, así que aquí tienes 2 opciones: escapar o derribarlo con tu armamento, lo cual no es garantía de que permanecerá abajo. Enseguida encontramos a Marguerite, quien presenta situaciones de sigilo en una parte limitada del juego, sin embargo, también es factible enfrentarla, aunque es sumamente riesgoso. Por último, se encuentra Lucas, quien te retará con acertijos y trampas al estilo tradicional de la franquicia. En conjunto, el trío de antagonistas te reta de diferentes formas y con ellos se hace evidente la influencia de Amnesia porque el protagonista debe permanecer oculto y cuando es descubierto, la carga explosiva y sensorial de Outlast es muy fuerte.
Como buen Resident Evil, el juego presenta diferentes jefes que siguen la mitología de la serie y el conflicto en curso. Sobre estos podemos decir que son enfrentamientos intrépidos de gran intensidad. Sin embargo, la principal mecánica de combate es sencilla; al final,los enemigos sólo actúan como costales de puntos de salud y receptores de munición. En este apartado nos hubiera gustado que el estudio empleara mecánicas de combate más refinadas o algún gimmick para vencerlos, pero en general, la sensación de victoria después de vencerlos es satisfactoria.

Los acertijos son simplones y de baja dificultad
LOS ACERTIJOS SON SIMPLONES Y DE BAJA DIFICULTAD

Ahora veamos el pilar de la historia que nos recuerda otros títulos del género survival horror y ciertas cintas de terror.En esta entrega no encontramos algo nuevo o innovador; aquí todo comienza de forma lenta con notas simples que establecen un tono de misticismo sobrenatural. Un gran logro del juego y también de la franquicia, es que la trama se mantiene sencilla, sin embrollos que requieren conocer 20 años de lanzamientos, pero esto no significa que carezca de conexión con los acontecimientos principales de entregas pasadas; todas están ahí, de forma sutil a lo largo y ancho de las locaciones de juego, lo cual es un excelente agregado para los fans que han dedicado su vida a la serie. Más adelante, la historia se torna sumamente oscura y complicada, incluso ofrece tintes de horror psicológico y sobrenatural que no resulta absurdo porque queda bien explicado durante la conclusión. Conforme terminas la historia, los puntos se conectan y desaparecetodo rastro de misticismo. Sin embargo, el verdadero final deja muchas incógnitas sin respuesta.
Funciona como una metáfora del mismo jugador
Un aspecto interesante y sobresaliente sobre el personaje es palpable a lo largo de la historia. Al comenzar, el protagonista es lanzado al fondo de una experiencia de horror y sentimos su disgusto. Las reacciones son instantáneas y humanas, sin duda, una situación con la que puedes relacionarte enseguida. Sin embargo, esto cambia con el paso de las horas de juego y cuando el personaje desciende al infierno, deja de sentir el miedo de la primera vez y comienza a mostrar confianza. Esto es evidente cuando manda al carajo a los antagonistas más imponentes, lo cual es un gran detalle y funciona como una metáfora del mismo jugador. Un gran acierto por parte de Capcom.


El último departamento que construye la fantasía de Resident Evil es la tensión. Este elemento se cimienta en el ritmo inigualable y las mecánicas características del juego que son fundamentales para la franquicia. Por mencionar algunos, aquí se encuentra la conjunción del sistema de inventario limitado y malabarismo de ítems junto con refugios con las máquinas de guardado y el baúl de ítems que sirven de santuarios que puedes utilizar como una merecida pausa durante la visita a la lúgubre casa. Además, tenemos un pequeño sistema de crafting para construir munición y equipo de salud. Tenemos que decir que el juego es bondadoso con los artefactos porque nunca se siente que falten o sean escasos.
Asimismo, encontramos nuevas adiciones en la forma de cintas VHS. Como descubrimos en el demo, éstas permiten participar en secuencias que ocurren en el pasado. Lo importante de ellas son 2 aspectos: el avance narrativo que, en algunos casos, complementa los acontecimientos que ocurren y con piezas de información sutil que ayudan a los más observadores con el progreso del juego.
La conjunción de mecánicas es responsable del excelente ritmo que te mantiene avanzando. Ninguna parte del juego es abrumadora o aburrida. Todo combina a la perfección, desde la atmósfera hasta las mecánicas de inventario; los ítems, la munición, incluso con la simplicidad de los acertijos. Resident Evil 7: Biohazard es una verdadera obra de arte de horror, donde los elementos que la conforman se complementan majestuosamente para nunca perder la atención del jugador. Pienso que introducir acertijos más complicados y elaborados sería un negativo para el objetivo del juego, que por ahora es una experiencia densa, atractiva e inolvidable. Son muchos los elementos que pasan desapercibidos la primera vez, pero siguen construyendo la fantasía que nos cautivó desde la primera vez que prendimos un PlayStation y que han perdurado durante décadas.

RESIDENT EVIL 7: BIOHAZARD



Lo último por cubrir es la rejugabilidad. En esta ocasión, nos enfrentamos a un juego corto, pero denso en experiencias y situaciones. Nuestro primer acercamiento tomó cerca de 12 horas para explorar cada detalle, huir de los enemigos y ser sumamente meticulosos. Ahora bien, el factor rejugabilidad puede dividirse en encontrar una limitada selección de coleccionables, enfrentar la dificultad máxima y terminar el juego en menos de 4 horas. En total, podríamos hablar de 5 partidas de principio a fin para completar la lista de trofeos. En nuestra opinión, no está mal por la exquisitez de la construcción total de la experiencia.


Así llegamos al final de esta reseña donde tenemos que mencionar el tema de reinvención que sufrió la franquicia porque parece una metáfora de la misma. Cada 3 entregas principales la fórmula original cambia su ADN por medio de una especie de mutación: después de 3 juegos, la fórmula evolucionó para mostrar una nueva perspectiva y un enfoque en la acción y con la más reciente entrega, el cambio nos lleva a nuevos horizontes y a un regreso en forma a las raíces que construyeron tan emblemática franquicia. La transformación es casi poética a pesar de los altibajos que sufrió en los últimos años.
Resident Evil 7: Biohazard nos dejó una excelente impresión y estamos emocionados por el futuro de la saga. El juego es una experiencia estelar de survival horror y un punto de referencia para el género. Grotesco y repugnante, pulido hasta el mínimo detalle y con un ritmo envidiable. Resident Evil 7: Biohazard, sin lugar a dudas, es el regreso triunfal a lo más importante de la saga. Ahora estamos a la espera de que el remake de Resident Evil 2 ofrezca el mismo cuidado y respeto que merece tan emblemática franquicia para la industria de los videojuegos.

Bienvenido al mundo del survival horror
BIENVENIDO AL MUNDO DEL SURVIVAL HORROR